El viaje de Eberhard

I. El viaje de Eberhard. (I.Albalate y J.A. Hinojos)

Eberhard Schlötter decide instalarse en Altea en 1956, ya tiempo atrás vivió su primera experiencia con este lugar que se convertiría, con el transcurrir de los años, en el entorno en el que desarrollaría gran parte de su obra artística.

Podemos comprender con el visionado de sus piezas artísticas, mayoritariamente grabados, que era un apasionado en la labor de revisar y dar formas a todos esos espacios que transitaba, así pues, entendemos que el impacto topológico que invadió a Eberhard en su vida mediterránea, tuvo un sentido y dimensión local en su relación e identi􀋡cación con el espacio y esencias puramente alteanas. Altea como lugar elegido, hábitat cuyas fronteras traspasó, sintiendo la necesidad de representar y explorar aquellos rincones más característicos de la cuenca mediterránea.

En esta larga fase de su existencia, se sumergió en muchos caracteres locales y universales, los cuales trató de plasmar en sus lienzos y papeles, para de este modo inmortalizar qué vínculos le ataban a este trozo del mundo y con los cuales conseguiría viajar más allá de los límites que le proponían las costumbres particulares de una España en stand by, económica y culturalmente hablando.

Este libro recoge una selección de algunas de las creaciones que a lo largo de los años fue realizando desde su llegada a la localidad alicantina, la cual tiene el privilegio de contar con la Fundación que lleva su nombre, cuyos fondos, legados por el artista, han sido por primera vez analizados y fotografiados en su totalidad, con la finalidad de ser catalogados y analizados de cara a su registro y patrimonialización. Esta labor ha sido realizada por los profesores e investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche: José Vicente Martín, Iván Albalate, José Antonio Hinojos y David Trujillo, a partir del encargo demandado y financiado por la Fundació Caixaltea.

La extensa y variada obra realizada por el laborioso artista alemán ha sido numerada y clasifcada por épocas, técnicas, estilos y temáticas. Entre los fondos existentes podemos distinguir algunos de los más emblemáticos trabajos y encargos de su producción, destacando de entre la colección una edición original de los tomos ilustrados del Don Quijote, serie de grabados en color realizada en colaboración con Camílo José Cela entre 1977 y 1981, o la serie sobre la vida de Colón, que le llevó a viajar por hispanoamérica para transitar los pasos del almirante y conquistador. La Fundación posee la segunda colección más importante y amplia de Schlötter, compuesta por decenas de pinturas al óleo, acuarelas y cientos de grabados y aguafuertes, muestra de la libertad y la fertilidad del “viaje” creativo del artista.

El sentido que hemos dado a la obra del prolífico artista propone un viaje desde el autor mismo, con el que transitar los entornos que le marcaron su producción, concretamente desde Altea y desde el Mediterráneo, pasando por su relación con personas que lo rodearon y con las que fue encontrándose, hasta esa relación estrecha con todo lo relativo a la cultura hispánica y como ello desembocó en relatos íntimos que formalizó a través de imágenes oníricas y de una intimidad y sensibilidad particulares.

El tendedero , 1957
Óleo sobre lienzo 75 x 55 cm

Netzflickerin, 1977
Grabado sobre papel 24,5 x 12,5 cm

El peñón, 1974.
Grabado sobre papel 17 x 15 cm

Javea, 1958
Grabado sobre papel 24,5 x 11 cm

La cajita oxidada, 1960.
Técnica mixta 36 x 43 cm

3 und 1, 1957
Grabado sobre papel 7,5 x 15 cm

La escritora Concha Espina, 1985
Oléo sobre tela 84 x 75 cm

Zusatzblat Tabarca, 1979
Grabado sobre papel 24,5 x 21,5 cm

Cansancio, 1985
Oléo sobre tela 70 x 91.5 cm

Blatt IV Vignete Enterpe zu A.Schmidt Orpheus, 1972
Grabado sobre papel 10 x 7,5 cm

¡Viva Fidel! 1985
Técnica mixta sobre tela  65 x 60 cm

Tabarca, 1983
Grabado sobre papel 10 x 21,5 cm

Transformación, 1981
Técnica mixta sobre tela  114 x 130 cm

Zusatzblatt VIII zu Don Quijote, 1982
Grabado sobre papel 24,5 x 21 cm

La Mano, 1957
Óleo sobre tela 72,5 x 89,5 cm

Selbst, 1977
Grabado sobre papel 30 x 39,5 cm